En la área de literatura estuvimos analizando los poemas de Oliverio Girondo provenientes de su poemario llamado Veinte poemas para ser leídos en el tranvía. Estos poseen características fuera de lo habitual en comparación con la poesía clásica. El estilo vanguardista que Oliverio usa, tal como lo hace Jorge L. Borges, es llamado ultraísta. Veinte poemas para ser leídos en el tranvía trata sobre la urbanización de la ciudad, como por ejemplo Buenos Aires y Venecia, describiendo las imágenes que observa sin dar muchos detalles. Los recursos literarios que suele usar son la metáfora y la sinécdoque, pero no aparece la rima ni las estrofas, como solían utilizar los poetas clásicos.
Para conocer más en profundidad la obra de Girondo y la literatura de los años ‘20 trabajamos con los siguientes textos: “Carta abierta a Evar Méndez” (Oliverio Girondo), “Manifiesto ultraísta” (Jorge L. Borges) y “Veinte poemas. Veinte postales. Sobre el primer libro de poemas de Oliverio Girondo” (Francesca Camurati).
Como actividad de cierre recorrimos el colegio para tomar fotos del espacio tal como Oliverio realiza mentalmente cuando escribe sus poemas. En conjunto con la imagen tomada y el conocimiento adquirido en clase creamos un poema al estilo de Oliverio.
Deterioro
Sigue habiendo algo de vida en las ciudades. Las auras en su interior simbolizan lo vivido como las arrugas de un abuelo. Soportar todos los días hábiles de 9:45 a 10:00 gritos de gnomos corriendo sin parar.
Hojas tristes que observan drásticos cambios a su alrededor, de gnomos a pollitos a punto de volar libremente, y él sigue anclado.
El árbol sigue ahí parado, porque otra no le queda. Es una víctima del ahora.
Malas decisiones de esas cabecitas inmersas en la tecnología y el árbol indefenso sin poder hacer nada. Un enano ensucia el patio, otro arranca los cabellos teñidos de verde del señor mayor, y otro que se cuelga de sus formidables brazos. Lo que hay que aguantar hoy en día.
Cada tanto a algún humano se le cae una idea y se da cuenta del daño que causan. Pero como se suele decir "lo hecho, hecho está".
Al igual que en los poemas de Oliverio, en mi poema intente reproducir el estilo ultraísta que él utiliza. Se pueden identificar metáforas como “Aguantarse todos los días hábiles de 9:45 a 10:00 gritos de gnomos corriendo sin parar.” y sinécdoques como “Malas decisiones de esas cabecitas inmersas en la tecnología (...)”. Además, se puede observar la forma del texto que no está escrita en estrofas como la poesía clásico, sino en prosa, aunque no deja de ser un poema por estar escrito diferente tal como Veinte poemas para ser escritos en el tranvía.